Entrada obligatoria #3: La receta de hoy sabe a decepción.
- aguacatadablog
- 15 dic 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 dic 2018
El platillo que hoy ofrezco es un postre frío, exclusivo para el invierno. Os preguntaréis qué sentido tiene hacer cualquier tipo de alimento frío en esta estación, así que dejarme que os explique la movida. Una movida que no estaba planeada.
El otro día estaba viendo un documental sobre la tribu de los bereberes y ví algo que me dejó esperpéntica; y es que para superar el calor del desierto, estos nómadas beben té ardiendo para aclimatar su cuerpo al entorno. Tras interiorizar esta valiosa información, mi espíritu emprendedor tuvo una idea. Yo, una simple mortal, podría haber hallado la respuesta a la supervivencia en la cruel climatología de un piso sin calefacción. Podría intentar hacer una receta fácil, de temporada, y que me aclimatara a mi entorno de forma suprema y camaleónica. Con un nuevo proyecto entre manos, agradecí eternamente a mi hermano, pues gracias a él llegué a ver aquel documental resultante de mi epifanía; el documental que me sacó de la crisis existencial en la que me hallaba. Y es que hace unas semanas ocurrió una tragedia culinaria, una tragedia que impidió llevar a cabo la mayor fantasía que este blog ha visto: unos espaguetis en gelatina.
La cosa fue así. Mi ambición en convertirme en la próxima Masterchef se vio arruinada cuando, en plena receta, la electricidad de mi casa se fue, y la vida con ella se me fue. Me sentí peor que cuando de pequeña me revelaron que El Imperio Contraataca no era el Imperio contra un señor llamado Taca. Yo, con mi changarro a medio hacer, comprendí que si no arreglábamos el asunto pronto, mi motivación se echaría a perder antes que los bifidus del frigorífico. Y así sucedió.
Despues de vivir como una sociedad cultista durante varios días, recuperamos la luz sólo para descubrir que el diagnóstico había sido una sobrecarga de energía. Yo digo que quizás el universo me estaba intentando decir algo, y quizás ese algo era que la receta de espaguetis engelatinados era una puta mierda. Y en efecto, esa bazofia era incomible.
Es por eso que ahora estamos aquí, con una receta distinta y mucho menos arriesgada. A todo esto, y antes de pasar al helado de mandarina, quería sacar una conclusión: al igual que cuando te bebes un buen té de esos que te quitan el calor, siempre es mejor saber cuando parar; porque claro, puedes acabar quemándote.
INGREDIENTES:
(para una porción de tarde mientras ves Operación Triunfo)
• 3 mandarinas
• Un cucharada de zumo de limón
• Dos tazas de yogurt griego o nata, o las dos si te sientes en poderío.
• Una cucharada de leche condensada
Primero comenzamos sacando el zumo de las mandarinas y, junto con el zumo del limón; lo ponemos a calentar en la estufa hasta que se reduzca un poco. Después esperamos un rato a que se enfríe (con verte el documental de Nanook mientras tanto es suficiente).
Una vez esté más atemperado mezclamos lo que resta (el yogurt/nata y la leche condensada); y lo incorporas todo con amor de madre, batiendo y rebatiendo con tesón. Cuando tengas una pasta espesa pero bien mezclada lo pones en un recipiente (o en un vaso con cucharas como un helado de petisuis) y al congelador. Listo. Un helado para combatir el frío. Un helado visionario. Un helado que puede hacerte olvidar las tragedias.

Rest In Pepperoni espaguetis engelatinados.
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